La psicología detrás la tipografía o cómo vestir las palabras para enamorar a tu cliente
¿Te has fijado alguna vez que el tipo de letras que se utilizan en los créditos de las películas de terror son también muy… terroríficas?
¿Y que estas no se parecen en nada a las que se utilizan al finalizar una comedia romántica?
¿Te has preguntado qué pasaría si se invirtiesen las fuentes?
Lo que pasaría es que, tu subconsciente diría, “aquí hay algo que no cuadra”.
Y tu subconsciente tendría toda la razón.
Porque, estaría intuyendo que las emociones que le transmite aquella tipografía no encajan con las emociones que le ha transmitido la película.
Lo que no sabría con certeza es que se ha demostrado que, efectivamente, las personas asociamos cada tipografía a diferentes actitudes concretas como el miedo, la seriedad, la alegría, la elegancia, la juventud, etc.
Y eso es algo que tú, como empresario/a tienes que tener muy en cuenta.
Desde luego, eso es algo que nosotros como diseñadores, tenemos muy, pero que muy en cuenta.
Por eso, una de nuestras primeras preguntas antes de empezar una labor de diseño gráfico o diseño web, siempre es esta:
¿Qué emoción queremos transmitir con la tipografía?
¿Te sorprende?
Viene a ser lo mismo que la teoría de las emociones en los colores.
Un color transmite una emoción concreta, una fuente también.
Además, detrás de una tipografía hay todo un mundo de preferencias estéticas, históricas, de gustos y hasta de filosofía de vida.
¿Vemos qué emociones transmiten algunas de las tipografías más populares?
Serif
Las fuentes Serif surgen de la época cuando las letras se cincelaban en bloques de piedra. Como puedes imaginar, ¡era imposible que los bordes quedasen rectos y puliditos!
Aplicando toda su astucia, los talladores decidieron acabar las letras en unos remates cruzados que pasaron a conocerse como Serif.
Dentro de las fuentes clasificadas como Serif tenemos las romanas antiguas, las romanas modernas o las egipcias, las más populares de las cuales son Book Antigua, Courier, Garamond, Times New Roman y Palatino.
¿Te suena esa G?
Seguramente la ves centenares de veces cada día.
Es la G de Google.
Y como te imaginarás, la elección no es accidental.
Google sabía perfectamente que percibimos las fuentes Serif como algo respetable, serio, institucional…
Como algo estable…
Como una influencia calmante.
No solo eso.
Las fuentes Serif crean una línea imaginaria bajo el texto que ayuda a guiar al ojo, haciéndolas ideales para la lectura de textos largos.
Sans Serif
Ahora, aparca a Google por un momento, y piensa en Adidas:
Aquí han desaparecido las extensiones en cada letra y tenemos vértices rectos, y mucho más naturales.
Son las fuentes Sans Serif (Sin serifas), conocidas también como etruscas.
O de palo seco.
Aquí no solo perdemos las serifas sino que, apenas existe contraste entre sus trazos.
En cierta manera, es como si hubiesen sido escritas manualmente con un pincel o lápiz.
Surgieron en Inglaterra a principios del siglo XIX y se asocian a la tipografía comercial porque han demostrado ser ideales para la impresión de etiquetas y embalajes, textos cortos pero muy grandes, carteles y titulares.
¿Qué emociones nos transmiten?
Modernidad, alegría, neutralidad e incluso minimalismo.
Estas son algunas de las fuentes de la familia Sans Serif de mayor uso: Arial, Helvética, Tahoma, Verdana y Bauhaus.
Manuscritas o Script
Para qué decir que estas estilizadas fuentes transmiten elegancia, sofisticación y creatividad.
Es que te imaginas a Gustavo Adolfo Bécquer escribiendo sus sonetos en esta Manuscript, ¿verdad?
Curiosamente, el primer carácter que se utilizó en la imprenta en Europa pertenecía a esta familia, la Gótica, que pretendía imitar la escritura a mano de los monjes medievales.
¿Problema?
Que su fino trazo dificulta la lectura.
Así que, ¡cuidado cómo los usamos!
Algunos ejemplos son Vivaldi, Gótica, Brush y Edwardian Script.
Fantasía
Aquí el lema es el siguiente: “nos toreamos la legibilidad pero dejamos que fluya la imaginación”.
Es decir, si promueves un libro de ciencia ficción, como hemos hecho nosotros aquí en POM, pues ¡adelante!
Pero, si vendes un software de gestión de emprasas, las fuentes de fantasía no van a ser las más adecuadas.
Al menos no siempre.
Algunas de las más conocidas son Grune, Esténcil, Art Nouveau y Pop Art.
Y todas relucen por algo muy especial: Personalidad.
¿Que te resulta imposible decidir?
¿Y por qué no pruebas un poco de todo?
Podrías emplear la fuente creada por el estudio digital Hello Velocity que incorpora las fuentes de las marcas actuales más populares:
Se llama Brand New Roman y demuestra lo mucho que el consumidor tiene grabado en su mente la identidad de las grandes marcas.
Si tu intención es volver loco/s a tus clientes, ¡mejor fuente imposible!
Sino, habla con nosotros ☺