¿Estamos hartos de los influencers o siguen siendo el regalo de los dioses al mundo?
¿Te enteraste de la bronca viral en Twitter que estalló contra el concepto de influencers hace cosa de un año?
¿Qué pasó?
Se ponen en contacto los representantes de una supuesta influencer con el propietario de un restaurante.
Se trataba de una propuesta que “no podía rechazar”.
Quieren que la influencer y su fotógrafa personal cenasen gratis a cambio de colgar una foto en su perfil de Instagram.
Hasta ahí, más o menos aceptable, dado lo normal de este “modelo” de publicidad hoy en día.
Pero es que, además, querían recibir 100 euros (más IVA, no te lo pierdas) por comer de franco en el restaurante.
Como te imaginarás, les salió el tiro por la culata.
“Que quieran comer en tu casa sin pagar no me hace gracia”, explicaba el dueño del restaurante, “pero que ya vengan vendiéndote la moto de que esto me puede generar seguidores pues me jode, para que nos vamos a engañar”.
Y esa ira que el hombre llevaba dentro, implosionó en Twitter:
“Ella colgaría 1 foto en Instagram , aquí me daría la posibilidad de elegir la comida con la que la agasajaríamos…
Por todo este arduo trabajo, comer por la patilla, tener camareros, cocineros… trabajando para la influencer yo tendría que pagarles…
100€ más IVA, lo cual me llena de emoción pues contribuye con los impuestos…
Eso sí, ni una mención a la comida, da igual que sea buena, mala o regular, y claro los que somos cocineros pues valoramos más…
El servicio, bebida y comida que la decoración.
Seguidores, visitas o al loro… INCLUSO CLIENTES REALES , pues me jode, para que nos vamos a engañar…
Les importa una mierda lo que hagas, lo que cocines, como lo sirvas, que cartas de bebidas tengas, les importa una mierda tu negocio.”
Así embistió este frustrado trabajador de la hostelería contra influencers, instagramers, bloggers y otras especies similares.
¿Compartes su opinión?
¿Estamos hartos de estos prescriptores de opinión aparecidos de la nada o van a seguir siendo el regalo de los dioses al mundo?
¿Se les acaba el chollo a los influencers?
El estudio llevado a cabo por Wharton School y Keller Fay Group así parece confirmarlo.
Todos esos entrenadores personales que tienen que transformarte la vida, todas esas celebrities tan bien puestas que despiertan la envidia entre todos nosotros, esas expertas en maquillaje tan simpáticas, los coaches famosos, las modelos… todos esos influencers esté llegando a su fin.
Para empezar, existe un problema muy serio de credibilidad.
¿Sabías que el 8% de las cuentas de Instagram son falsas?
Y aunque Instagram hace todo lo posible por eliminar perfiles ficticios, ¿cómo sabes que la persona es quien dice ser?
Hay muchísimos casos de perfiles falsos en Instagram que se dedican a vender la moto a los ilusos que encuentran en la plataforma y se dedican a la “compra de seguidores”.
Y no solo eso, ¿cómo sabes que esa persona domina sobre el tema del que habla?
¿Tiene formación en educación física o está prescribiendo ejercicios que pueden provocarte lesiones?
¿Sabe de maquillaje o te está vendiendo productos que pueden dañar tu piel?
Las empresas y los consumidores están empezando a cuestionar a todos esos influencers que se reproducen como hongos…
Estamos todos empezando a estar bastante hartos del “postureo cibernético”.
Pero, entonces, si desaparecen estos gurús online, ¿qué van a ser de todas esas empresas que cuentan con este modelo de publicidad?
Te presentamos al “microinfluencer”
El/la microinfluencer no tiene tantas Ks como el influencer.
Pero tiene credibilidad.
Es un verdadero experto/a en su tema.
Lo/as microinfluencers tienen conocimiento de lo que hablan: moda, gastronomía, diseño web, copywriting… lo que sea.
Pero, por fin, esa persona sabe explicar el qué, el por qué y el cómo de ese producto o servicio que endorsa o vende.
El/la micro prescriptor tiene una progresión constante de crecimiento en lugar de las subidas y bajadas radicales de seguidores características del influencer.
Tiene un currículum profesional de confianza.
Una experiencia demostrada.
Son más creíbles.
Y, según los autores del estudio, estos influencers “de la vida real que sienten pasión por aquello que recomiendan tienen muchas más conversaciones sobre compras y los consumidores son más proclives a seguir sus recomendaciones”.
¿Conclusión?
El imperio del influencer está en declive.
¡Larga vida al mucho más sabio y real microinfluencer!
¿Quieres convertirte en uno de ellos?
Vas a necesitar una marca y una web de primera.
POM Standard te ayuda.