Cómo evitar que tu newsletter sea una pérdida de tiempo monumental para ti y para tu cliente
Dicen que el ser humano se pasa un promedio de seis meses de su vida esperando a que cambien los semáforos.
En serio.
Y nosotros decimos que el emprendedor digital debe pasarse una cantidad de tiempo muy parecida planificando, escribiendo y enviando mensajes de email que acaban en la basura.
¿No nos crees?
¿Cuántos has eliminado tú sin leer hoy?
¿Diez? ¿Quince? ¿Treinta?
Calcula la cantidad de empresarios digitales que han perdido su tiempo.
¡O sea que entre semáforos y newsletters estás derrochando un valiosísimo año de tu vida!
¿Puedes evitarlo?
– Desde luego. –
Primero: te mudas a una población sin semáforos.
Segundo: aplicas las siguientes sugerencias a tu proceso de publicación de newsletters.
Cómo evitar que tu newsletter sea una pérdida de tiempo monumental para ti y para tu cliente
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NO vendas
El cliente de hoy se las sabe todas.
Ha visto de todo.
Sí, sabe que inscribirse en tu newsletter significa firmar una relación comercial.
Para nada espera convertirse en tu BFF (Mejor amigo para siempre o en inglés Best Friend Forever) y venir a celebrar las Navidades contigo en tu casa.
Nope.
Sabe perfectamente que en el fondo hay una intención de vender algo.
Y puede que le interese.
Pero lo que no puedes hacer es asfixiarlo con la venta desde el primer email.
Esto es un romance a largo plazo, no una noche alocada de pasión y un adiós muy buenas.
El objetivo de tu newsletter es aumentar awareness de tu marca y de tu propuesta.
Es decir, irle enamorando con tu carisma y encanto…
Fascinarle…
Intrigarle…
Estar siempre para todo lo que necesite…
Crear dependencia en ti…
Generar confianza…
Fidelizarle…
Convertirle a tu estilo.
Pero, despacito.
Sí, claro, a ti te gustaría que el ritmo de esta relación fuese mucho más rápido, pero todo llegará ten paciencia.
Utiliza el poder de tus palabras y susúrrale lo que hay por venir…
Hazle imaginar cómo sería una vida contigo…
Con tus productos y servicios.
Pero, despacito.
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UN solo objetivo
Efectivamente, despacito y con buena letra.
Con claridad.
Claridad de contenidos y claridad de objetivos.
No le confundas promocionando tu último libro y presentándole a un nuevo afiliado.
Ni tiene tiempo ni ganas de ponerse a descifrar toda tu palabrería.
Tu email newsletter solo va a ser efectiva si cumple un objetivo único.
Así que, antes de escribirla ten claro cuál es tu objetivo.
¿Compartes post?
¿Presentas un conjunto nuevo de tu colección de ropa deportiva para premamás?
¿Ofreces un descuento para tu videocurso “Abdominales de Hierro”?
Pues eso, y punto.
Y aunque no te lo parezca, tu presencia, tu carisma y tu relevancia le van a ir convirtiendo en lead interesado en tu producto.
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NO aburras
Un email poco relevante y aburrido, y vas directo a la mazmorra.
¡Sí, uno!
Y ¡apáñatelas para salir!
Olvídate de emails corporativos sobre temas que no le interesan para nada.
Si le vas a contar que has contratado a un nuevo miembro en tu equipo, cuéntale una historia.
Cuéntale la historia de esa persona y cómo su existencia va a beneficiarle a él o ella.
Apunta siempre a su «egocentrismo» natural.
Y sobre todo, no le aburras.
Déjate de palabrería innecesaria.
De esa grandilocuencia corporativa que ha quedado ya tan desfasada.
El cliente de hoy quiere un tú a tú.
Y sobre todo, quiere ser entretenido.
Entreténlo/a.
Sigue estos tres consejos y ni tú ni ello/as vais a perder ni un segundo más de vuestras vidas ☺