Cómo escribir artículos de calidad (pero de verdad) que cautiven a humanos y a Google
¿Eres de los que se ponen a escribir artículos para el blog cuando tienes un momento eureka? ¿O cuando recibes inspiración divina?
¿O cuando encuentras un hueco en tu llenísima agenda mensual?
¡Gran error!
Escribir contenidos para tu negocio y/o blog se ha convertido en una ciencia muy exacta. Y como tal, requiere precisión, estrategia, análisis y medición.
Se acabaron aquellos días cuando escribíamos artículos sobre cualquier tema más o menos relevante en nuestro sector. Hoy me da por hablar de marketing digital y cuando vuelva de vacaciones les contaré lo que he hecho, y luego, ya veremos porque seguro que tendré un montón de trabajo…
¡Nada de eso!
Ahora tampoco te vale con incluir discretamente cuatro palabras clave que crees que están relacionadas con tu sector.
Ahora, lo que cuenta es la intención de búsqueda del usuario.
Y el hecho de que, la mayoría de las búsquedas las efectúa desde su móvil.
Entonces, ¿cómo puedes escribir artículos de calidad (pero de verdad) que cautiven tanto a tus clientes humanos como a los bots de Google?
Vamos a por tus clientes primero.
¿Cómo escribes artículos de calidad que cautiven tanto a tus clientes humanos?
Empieza por hacerte estas 4 preguntas fundamentales. Te ayudarán a conocerle mejor, y a entender vuestra relación.
1.¿Para quién debo escribir?
¿A quién va dirigida tu página web? ¿El artículo de tu blog? ¿Tu boletín de noticias?
¿A todos tus clientes? ¿A tus empleados? ¿A un grupo de inversores?
Antes de sentarte delante del teclado, ponte en la piel de tu lector ideal.
Intenta descubrir no sólo sus datos más superficiales como su lugar de residencia, sus gustos, su uso de la tecnología, las preferencias de servicio al cliente, etc., si no sus más oscuros secretos y costumbres, por qué los ha desarrollado, por qué los guarda.
¿Cuáles son sus puntos de dolor? ¿Y por qué le duelen tanto? ¿Qué le importa realmente en la vida? ¿Su familia? ¿El medio ambiente? ¿Qué virtudes tienen mayor significado para él/ella? ¿La independencia? ¿La inteligencia? ¿La compasión? ¿El deber? ¿Es una persona práctica? ¿Ama la cultura pop? ¿Las ideas? ¿Está harta de la gente?
Etcétera.
Ahonda todo lo que puedas.
De esa manera, te resultará mucho más fácil crear contenido de calidad que el lector perciba como “necesario”.
¿Eso qué significa?
Los seres humanos (tus clientes potenciales) tenemos la increíble capacidad de diferenciar de manera instintiva entre lo que necesitamos en un momento preciso y lo que no.
Y podemos hacerlos sin depender de procesos mentales demasiado complicados.
Pim pam.
Esto me interesa. Esto no.
Nos lo demostraba ya en el 2012 un estudio llevado a cabo por un psicólogo de la Universidad de Sophia-Antipolis.
Rémi Radel pidió a un grupo de 42 participantes que llegasen al estudio sin haber comido nada durante al menos 3 o 4 horas.
Al recibirles, se les informaba que el estudio llevaba un pequeño retraso.
A la mitad de los participantes se les pedía que regresasen al cabo de 10 minutos, y se les informaba que, durante el estudio, no tendrían tiempo para comer.
Al resto se les decía que tenían una hora para ir a comer antes de empezar la prueba.
¿En qué consistía el experimento?
Sentados frente a una pantalla tenían que fijarse en 80 palabras que aparecían a aproximadamente a 1/300 de segundo.
Efectivamente, una velocidad ridícula casi imposible de leer, pero lo suficiente como para que el ojo humano las percibiera de manera consciente.
El 25% de las palabras en la lista estaban relacionadas con la alimentación.
Después de una pausa, se les daban dos opciones y se les preguntaba qué palabra habían visto con mayor brillantez: si una relacionada con alimentos como “manzana” o una palabra neutral como “mesa”.
Como te imaginarás, los estudiantes que estaban pasando hambre veían las palabras relacionadas con comida de manera más brillante.
¿Qué relevancia tiene este experimento para nosotros?
Pues que, para escribir artículos de calidad es imprescindible redactar textos que el lector perciba como necesarios.
Y que lo haga, rapidísimamente cuando escanea tu texto en tan solo 10 ó 20 segundos.
¡Menudo reto!
Sigue leyendo.
Los siguientes puntos te ayudarán.
2. ¿Para quién NO debo escribir?
Uno de los errores más grandes que podrías cometer al escribir textos digitales es este:
Escribir para el único lector que realmente no importa.
¿A quién nos referimos?
A ti.
Para conseguir impartir un conocimiento máximo de tu producto o servicio en el mínimo tiempo posible debes aprender la diferencia entre lo que a ti te interesa y lo que al lector le va a resultar útil, fascinante, cautivador, e informativo, en definitiva, lo que va a convencerle para pulsar el botón de compra en su día.
3. ¿Qué quiero que haga mi lector con este texto?
Intención de usuario + Objetivo de venta.
¿Qué tipo de búsqueda está llevando a cabo el usuario en ese momento concreto?
No olvides que la persona que busca con la intención de informarse sobre servicios de diseño web, por ejemplo, se encuentra en un punto de la compra muy distinta a la de la persona que conoce el producto y va directamente a contratarlo.
- ¿Está buscando con la intención de informarse sobre un tema general? Si es así, hará preguntas como: ¿Cómo crear una página web? ¿Cómo escribir artículos para un blog?
- ¿Quiere informarse acerca de nuestros productos sin la intención de comprar? Si está “fisgoneando” su búsqueda será algo como: “agencia de marketing online”.
- ¿O se está apoyando en Google para encontrarte a ti y solo a ti?: “mejor empresa de diseño de páginas web online”.
- Si viene con la intención de contratar nuestros servicios, su búsqueda será algo como: “contratar servicios de diseño web baratos online”.
En cada caso, el tipo de artículo que tú escribas en tu blog será totalmente distinto porque estarás respondiendo a intenciones distintas, y a objetivos de ventas distintos:
Una vez resuelta su duda, ¿qué quieres que haga con tu blog?
- ¿Que comparta tu artículo en sus redes sociales?
- ¿Que aproveche un descuento aplicable sólo durante las próximas 24 horas?
- ¿Que se suscriba a tu nueva página?
Cada texto tiene su propósito.
Pero siempre ten presente que, cada texto que escribes debería estar diseñado para que el lector obtenga la información necesaria en el menor tiempo posible, y que acabe haciendo lo que tú quieres.
Si concluyes un texto digital (no literario) sin enunciarle claramente su paso siguiente, has perdido el tiempo.
4. ¿Qué es lo que mi lector/a necesita saber a fin de hacer lo que quiero que haga?
¿Necesita pulsar un botón? ¿Tener el enlace necesario para compartir el artículo?
Cógeles de la mano y ayúdales a dar el paso final.
«Cómpralo hoy y ahórrate un 50%».
Cuanto menos esencial sea la información, menos protagonismo debes darle.
¿Y Google?
¿Pasamos de Google?
No, pero si te fijas, la manera como el humano busca la información es muy parecida a la manera como lo hace Google.
Cada vez más. Por eso, si escribes para que tu cliente humano se sienta satisfecho, Google se sentirá satisfecho también.
Pero ¿y las palabras clave?
Sí, ¡las dichosas palabras clave! Ahí es donde entra la semántica.
Porque si escribes un texto sobre “cómo crear páginas web”, quieras que no, vas a incluir palabras clave que estén relacionadas con el tema.
¿Sí o no?
Es semántica natural y orgánica. ¡No olvides que Google es cada vez más inteligente!
Utiliza las palabras clave para guiar a Google. Inclúyelas en el título de tu artículo, en las primeras cien palabras de tu texto, y en el resto de los titulares.
Pero no agobies al lector con palabras clave por todos lados. Se trata de ser todo lo natural que puedas.
Y, sobre todo, ¡escribe textos fácilmente escaneables!
Rompe tus párrafos.
Escribe frases cortas. Deja que sus ojos descansen.
Y cuando hayas terminado de escribir el artículo, léelo en voz alta.
¿Suena natural?
¿Tiene un tono como el que utilizarías para hablarle a un compañero?
Entonces, si has seguido el resto de los tips en este post, has dominado el arte de escribir artículos de calidad (pero de verdad) que cautiven a humanos y a Google.