¿Quieres una vida nomádica, pero no sabes cómo hacer un blog de viajes profesional?

Y quién no…

Levantarte una mañana en Helsinki…

Otra en Tokio…

Y otra en el desierto australiano rodeado/a de emús, canguros y todos los otros bichos que rondan por aquellas tierras…

Hoy pruebas un hotel de lujo en una isla remota del Pacífico…

A los pocos días te coges la maleta y te presentas en un nuevo hotelito construido sobre los árboles de la jungla de Sarawak…

Luego, a la Gran Manzana ha probar un apartamentito con un rooftop con vistas a Manhattan…

¿Te imaginas?

Muchos blogueros de viaje lo han conseguido.

Otros… bueno, otros aparentan haberlo conseguido porque la verdad, es esta:

Esto no es coser y cantar.

Conseguir ese estilo de vida que describimos exige muchísimo esfuerzo, muchísimo compromiso, y algo de lo que la mayoría pasan:

Una plataforma digital extraordinaria.

Porque, ¿tú sabes cómo está el patio?

¿Tú sabes la de gente que quiere dejarlo todo para convertirse en trotamundos?

¡Muchísimo/as!

Por eso no hay que hacer las cosas bien hechas.

Hay que hacerlas DPM, con perdón.

Como las ha hecho Mil Viatges.

¿Por dónde empiezas?

Empiezas por tu marca y empiezas por tu web.

¿Cómo hacer un blog de viajes profesional?

Oye, ¡pero que esto es solo un blog! ¡Tampoco hace falta complicarse tanto! ¿No es cuestión de cogerse una plantilla de wordpress de blog de viajes gratis y empezar a publicar? 

¡Hace diez años igual sí!

Hoy, ya no.

Hoy, vas a tener que invertir muchísimo más esfuerzo (e inevitablemente dinero) en desmarcarte de la manada.

¿Cómo?

Empieza por tu marca

Tu ADN.

Tu propuesta única de venta.

Tu punto de diferenciación.

Todo lo que va a conectar emocionalmente con tu lector/cliente potencial, y todo lo que te va a hacer memorable.

Inolvidable.

Único.

Sí, justo como nuestros clientes Mil Viatges lo han hecho.

Ellos no son solo un blog de viajes.

Son un blog de viajes y etnología.

Su punto de diferenciación es su conocimiento y especialización en viajes a destinos desconocidos donde descubrir gentes y etnias fascinantes.

Sigue con tu página web

Crear un blog de viajes es una cosa.

Crear un blog de viajes rentable del que poder vivir, es otra.

Y para eso, necesitas un escaparate digital que genere profesionalidad y confianza en tus seguidores, en marcas que puedan estar interesadas en tu trabajo, y en cualquier socio potencial.

Sí, puedes empezar buscando “mejores temas WordPress para blogs de viajes» en Google y liarte con todo el proceso de creación de una web de viajes de calidad.

¿Qué va a pasar?

Lo que va a pasar es que, a no ser que te dediques al mundo del diseño web profesionalmente,  te vas a frustrar.

Y te vas a frustrar porque querer crear una web de viajes de cero sin conocimientos técnicos tiene su qué.

La curva de aprendizaje es demasiado alta.

La web final no va a tener nada que ver con lo que habías imaginado.

Y vas a tener que retrasar tu lanzamiento una y otra vez porque nunca te vas a sentir satisfecho con el producto final.

No te arriesgues.

Una web chapuza acaba pagándose mucho más cara que una web hecha por buenos profesionales del diseño.

Piensa que, posiblemente te interese integrar módulos de reserva de viajes y otras funcionalidades que son complicadas de gestionar y mantener.

¿Te imaginas que pasaría el día que tu cliente quisiese reservar su viaje a Corea en tu web y la plataforma no funcionase?

¿Tú sabes el dinero que estarías perdiendo cada vez que tu web decepcionase a tu usuario?

Y no solo eso.

El diseñador de webs de viajes profesionales sabe cómo encontrar el equilibrio perfecto entre el texto persuasivo y el diseño cautivador.

Sabe cómo guiar al cliente hacia la compra final de manera sutil pero efectiva.

Sabe cómo crear una web de viajes que provoque el mismo impacto y genere el mismo interés en un dispositivo móvil que en un PC.

Y ni te hablamos de muchísimos otros aspectos técnicos que debes tener en cuenta para hacer un blog de viajes profesional.

En serio, no merece la pena.

Hoy en día una web de viajes chapuza es garantía de fracaso.

¿Por qué negarte la oportunidad de brillar desde el primer momento?